Mi película favorita
- Carlos Rodríguez Mora
- 29 abr 2019
- 3 Min. de lectura
No me voy a olvidar de ti, salgo de camino al cine y no voy acompañado, las tardes pasadas en compañía ya terminaron, ahora son nuevos tiempos, son momentos de valorar a la gente que tienes a tu lado, la que no te ha abandonado a pesar de haber sido un poco despistado con ellos, es hora de conocerse a uno mismo, de volver a experimentar sentimientos del pasado y nuevos, debo ponerme a prueba por ello voy solo, decidido a ver la película de mi vida, titulada con tu nombre.
Aún sigo teniendo los planos con los que construimos nuestras vidas, aún mantengo ese papel roto por el paso del tiempo en el que escribimos los planes que quisimos hacer juntos durante ese periodo tan feliz de nuestras vidas. A nuestra relación la llamé libertad lo que no sabía es que ahora tendría que restregarme constantemente los ojos para deshacerme de esas insufribles lagañas con las que no paro de recordarte. Tengo llagas en mis párpados de tanto pensarte, tengo recuerdos de ti en lugares en los que nunca pensé que podrían existir.
Con el paso del tiempo y el frío del duro invierno, olvido poco a poco lo que era tener el calor de tu cuerpo, solo hay niebla que ciega unos recuerdos, un sentimiento puro, una decisión sufrida y arriesgada. He decidido viajar, deseaba conocer todo aquello que nunca había conocido, siempre fui más aventurero, pero menos valiente que tú, todos sabemos que los huracanes los provocabas tú, que eso de jugar a hacernos aguadillas siempre empezaban porque tú así lo deseabas, siempre fuiste muy juguetona, siempre fuiste especial, ahora me toca a mí decidir que no quiero olvidar porque no quiero.
Duele decir que ya no somos piezas del mismo puzle, que por mucho que intentemos cuadrar o hacer trampa con ellas nunca volveremos encajar, porque aquello de las segundas oportunidades solo ocurren en las películas de Hollywood y la que estoy viendo yo es una muy real y nada especial. Cuesta comprender cómo todos estos años parecen ser segundos, como hasta los momentos de aburrimiento, de soledad esperándote o de discusiones sin sentido aún sigan en mi memoria, y me provoquen un bombardeo constante de lágrimas.
No puedo evitar decir que fuiste mi experiencia favorita, que juntos conseguimos callar a los más críticos y a los que decían que no duraríamos nada. En todo este tiempo has sido la única que me has podido conocer, tú has sido quién me ha visto llorar al estar mal, quién ha estado a mi lado y me ha sabido escuchar, la que siempre intentaba consolarme a pesar de no entenderme, quién ha comprendido que el ego no es un carácter desmedido, sino un instrumento de defensa contra los demás; tú has sido quién me ha visto tartamudear cuando quería decirte lo mucho que te quería, pero mis miedos me hacían callar.
Ahora me siento como un extraño, sé que esta película va de recuerdos, pero ¿hemos llegado a un punto en el que no me acuerdo quién de los dos se marchó? Sigo manteniendo tu recuerdo vivo, aún conservo nuestras fotos puestas en mi escritorio, siempre que escribo algo quiero mantenerte viva en mi corazón, cada vez que conozco a alguien que se llama como tú, me olvido de la persona que tengo delante y pienso en ti y me siento más vivo.
Tal vez nos hicimos daño, pero más daño me hace no tenerme a tu lado. El mundo antes era de un solo color, el que tu le dabas, ahora el mundo ha perdido eso, quizás el color de nuestro amor; el mundo ahora es más aburrido. Nunca te lo dije, pero parecía demasiado cursi, desde el día en que te conocí te has quedado tatuada en forma de mariposas en mi estómago, lo sigo manteniendo porque aún te quiero. Siento acabar esta historia, pero es que la película ya ha terminado y el director ha sido un idiota, ¿cómo va a haber segunda parte sin ti, si el director decidió congelar el final con tu sonrisa? ¿Cómo voy a poder remplazarte si quiero que sigas formando parte de esta historia?
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