Metamorfosis

Decir que estoy pasando el rato no es decir que estoy aprovechando el tiempo, la similitud entre rato y roto tiende de una cuerda muy fina, tan delgada como la diferencia entre quererte y quererte mal; entre amar y haber amado deprisa. Sombras de historias que merodean por mi cabeza una noche tras otra, engañar a mi corazón con personas de polvo que al día siguiente ya no están en mi cama. Pensar en ti. Tú.

Apagar la luz y a pesar de todo ello, verte a oscuras. Comprender que la distancia no es nada más que un número, valorar cada latido a tu lado, crecer con cada paso en el camino. Comprender la importancia de compartir, arriesgar todo a una carta y dejar la puerta de mi corazón abierta de par en par. Olvidar esas etiquetas recibidas en un pasado ya lejano, pensar que vienes del mundo de Nunca Jamás, ser tan valiente como los niños y creer en la magia. Acariciar el alma por dentro, no olvides que siempre estará cuando te hagan daño por fuera.

Dejar de compararte con lo idílico, nunca serás como ellos; de ahí tu belleza, si quieres ser feliz deja de comportarte como el resto. Dejarme de morder las inseguridades y hacerlo con las uñas, ¿qué sentido tiene tener unas uñas medidas al milímetro, si tengo un escalofrío en el alma cada vez que me muevo? No creerme más listo que el resto, por muy astuto que sea siempre habrá alguien primero, si no díselo al tiempo que siempre va un pie por delante que el resto.

No caer y levantarme, aunque sea solo. Cuando una puerta se cierra una ventana se abre. Dejar de tensar la cuerda tras veinte años de esfuerzo, relajarme y tomar un respiro, descansar y, en lugar de volver a utilizar la cuerda para lo mismo, cambiar la mentalidad y jugar saltando. Reír sin saber por qué, nunca encontrarle sentido y nunca buscarlo, siempre fui el que me puse las esposas.

Reconciliarme conmigo mismo, prometerme que nunca más me arrepentiré de nada. Querer ser el protagonista de mi historia, nunca más escuchar los cuentos de otras personas, me he cansado de tanta fantasía y de tantas mentiras, prefiero vivir las mías. Experimentar una metamorfosis diferente, evolucionar cambiando mi piel, dar cuerda a mi corazón, escuchar al niño pequeño que un día fui. ¡Vivir!