top of page
Blog: Blog2

Todo lo que nunca me atreví a decirte

  • Foto del escritor: Carlos Rodríguez Mora
    Carlos Rodríguez Mora
  • 15 abr 2019
  • 2 Min. de lectura

Créeme, si por primera vez sentí lo que realmente era el miedo.

Un imaginario sin sentido,

una espiral difusa,

una vida sin ti.

Pensamientos en una única dirección,

el miedo a un simple ‘no’,

sensaciones y sentimientos al rechazo de la pasión.


Hace ya mucho tiempo que juré que no volvería a amar,

pero apareciste tú,

cambiaste mi mundo,

lo diste la vuelta sin querer

y llegaste a mi corazón como nunca antes nadie lo había conseguido.

Luego me dirás que no tienes nada…


Es simple, más de lo que parece,

cuando te veo mi sangre me llega al corazón,

cuando te toco mis manos consiguen calmarse,

cuando me quedo paralizado es porque mis ojos ven un futuro a tu lado,

cuando nos reímos es por pura devoción de nuestras almas,

cuando discutimos solo pienso en pedirte perdón y que no sea el final.

Pero,

cuando me quedo en silencio,

es para decirte lo mucho que te quiero y no me atrevo.


Jamás llegaré a comprender lo que me pasa al estar a tú lado,

la curva roja que tracé para que nadie me hiciera daño la he borrado,

solo tú tienes permiso para invadirme,

te dejo el privilegio a decidir,

te dejo que marques los tiempos.


Nunca sabré si es el principio o es el final,

sé que lo que hice y ya no tiene vuelta atrás.

Una decisión tomada en un momento inoportuno,

unas palabras que no salían,

unas lágrimas acompañadas de miedo,

de un miedo eterno e inconfundible,

el miedo a perderte.


Supe que no era el momento,

pero tú te empeñaste,

¿cómo te iba a decir que no?

Eso me preguntaba yo.

Luché una y mil veces en contra de mis sentimientos,

luché, aunque sabía que yo no era bueno,

no te podía dar nada que no tuvieras,

solo podría empeorarte la vida,

destruirla.

Nunca quise eso,

ahora entiendo otras experiencias de mi vida,

comprendo momentos frustrantes y atormentados.

Solo he sido, soy y seré un chico pobre,

desde que comprendí este concepto,

reconocí que esto nunca sería eterno,

sí pasajero,

pero solo en mi cabeza,

porque la tuya debía volar

y tener la mirada siempre,

puesta en el cielo.


Lo siento,

tuve que haber tenido mi boquita cerrada,

para mi ese ‘te quiero’ fue un mundo en llamas,

no quiero que nunca me dejes,

no quiero estar sin ti,

quiero una vida a tú lado,

te quiero solo para mí,

una y mil vidas tendrán que pasar,

pero en cada una de estas mil vidas te volvería a elegir,

te buscaría y te amaría.

Mil vidas esperaré,

mil vidas y los mismos sentimientos tendré.

Entradas recientes

Ver todo

Comments


©2019 by Bala Perdida. Proudly created with Wix.com

bottom of page